Este artículo es el cuarto de una serie de publicaciones enfocadas en la arquitectura del metaverso. ArchDaily ha colaborado con John Marx, AIA, el fundador principal de diseño y director artístico de Form4 Architecture, para traerte artículos mensuales que buscan definir el metaverso, transmitir el potencial de este nuevo mundo, así como comprender sus limitaciones.
De todos los atributos que definirán el metaverso, el más importante es el de la experiencia. A medida que nos adentramos más profundamente en la Era del Antropoceno, los humanos parecen estar cambiando sus intereses de coleccionar cosas a coleccionar experiencias. A medida que la demanda de experiencias se vuelve más intensa y detallada, la necesidad de contenido y el uso inteligente y efectivo de ese contenido aumentará exponencialmente. Desde una perspectiva más detallada, la gestión y calidad de esas experiencias determinarán el éxito inicial del metaverso. Aquí es donde entra en juego el concepto AI Concierge - algo así como un Conserje de Inteligencia Artificial.
Cuando caminas por una calle tranquila, es muy probable que te encuentres con una experiencia esperándote, ya sea un edificio, una flor, o una banda espontánea de ratones tocando Mozart... el metaverso no es un espacio estático. Constantemente evolucionará y cambiará con los usuarios que están presentes. Este nivel de curaduría y selección de contenidos disponibles puede ser bastante pasivo y apenas perceptible, o altamente programado como en un recorrido en autobús. Puede ser predecible, como buscar un museo de arte que ha existido en una ubicación particular durante décadas, o completamente impredecible, como un pequeño museo emergente cuyo punto de entrada no sólo existe en 2.000 lugares simultáneamente, sino que también puede presentarse sólo durante diez minutos y luego desaparecer. Manejar estas experiencias a la escala del metaverso es una tarea desalentadora que va más allá de la eficacia de la intervención humana.
La siguiente historia ilustra una visión del metaverso, a través de un prototipo que llamaremos Icon, donde las grandes estructuras proporcionan un contexto para una superposición de experiencias físicas y virtuales. Donde puedes conocer a otras personas en tiempo y espacio real, pero donde, como parte integral de tu visita, también hay un gemelo digital donde puedes disfrutar esta experiencia con otras personas en cualquier parte del mundo.
Imagina... caminando en un espacio interior vasto e intrigante. Este es un espacio que parece casi ilimitado en geografía, y su capacidad para atraerte es poderosa e irresistible. Hay una experiencia esperándote... bueno, de hecho, hay múltiples experiencias esperándote.
El viaje había sido planeado hace un año, compraste entradas para Icon y seleccionaste el tema aspiracional de la exploración intergaláctica. Había un extenso cuestionario que indagaba profundamente en cuáles eran tus objetivos y expectativas para tu visita... incluso preguntaba por tus colores favoritos y tu gusto por la música. Había una opción para permitir que el sistema revisara tu historial en línea para tener una idea de cómo navegas por el mundo y qué te importa. Pudiste controlar cuán intrusivo podía ser el sistema para equilibrar tu privacidad con tu deseo de una experiencia personalizada.
Estabas alojado por una semana y no sabías muy bien qué esperar. Las imágenes de las experiencias de otras personas parecían de otro mundo, como si hubieran viajado realmente al espacio a algún mundo distante, o en tu caso, mundos.
A lo largo de unos pocos meses, te tentaron a "mejorar" tu experiencia. Primero, con una serie de visitas de fondo virtuales a algunos de los lugares que podrías ver, algunos "reales" como Marte, algunos completamente imaginarios. Después de eso, te tentaron a hacerlo más físico. Había una multitud de opciones de accesorios para comprar a través de la tienda en línea del portal, pero finalmente, decidiste comprar un conjunto de atuendos por una semana, que incluía un avanzado conjunto de gafas AR, botas y trajes espaciales individuales y creativos para caminar en planetas extranjeros.
La experiencia particular que seleccionaste es participativa y seleccionada, no es simplemente un caso de presentarse en un parque de diversiones análogo y hacer largas filas por unos pocos paseos. Desde el momento en que pasas sobre el umbral del avión temático que te lleva a esta maravilla de la tecnología, estás inmerso en una experiencia. En la estación de embarque, te cambiaste a tu primer atuendo. No todas las experiencias disponibles te invitan a llegar en atuendos personalizados, pero esta semana todos parecen estar vestidos en deslumbrantes variaciones imaginativas de viajeros espaciales, algunos han cambiado el color de su cabello o alterado otras partes del cuerpo.
20.000 personas llegan al día a Icon. Vienen por una experiencia, y la mayoría de estas experiencias están seleccionadas. Es una tarea desalentadora orquestar 20.000 experiencias al día que varían en duración e intensidad. Es un esfuerzo que, si fuera intentado por humanos, sería similar a 20.000 aviones aterrizando en un aeropuerto todos dentro de una hora.
Para proporcionar el más alto nivel de experiencia de usuario en un entorno parcialmente virtual y parcialmente real, un proyecto como Icon podría ser gestionado por un Conserje de IA Responsable. Aprende sobre ti desde el momento en que te registras por primera vez en un portal en línea para preguntarte sobre tu existencia. Para aquellas personas que desean participar en una experiencia seleccionada, es necesario recopilar una importante cantidad de información apropiada de cada usuario.
En nuestro ejemplo, hay ocho pasos que un Conserje de IA Responsable atraviesa para crear un contexto para tu experiencia:
- Visitantes: determinar primero la frecuencia y el tipo general de visitantes. ¿Vienes como individuo, pareja, familia o grupo de amigos? ¿Eres un jugador o un artista, visitas por una vez o eres un visitante recurrente?
- Perfiles de usuario: desarrollar un historial completo basado en preferencias e intereses. De especial relevancia es qué tipo de personalidad cada usuario desea presentar... ¿un explorador, un artista o un académico? En cierto modo, esto podría verse como seleccionar qué tipo de personaje quieres interpretar en una película, pero establece el escenario para el tipo de experiencia que deseas tener.
- Estados de necesidad del usuario: este aspecto determina cuán activo o pasivo desea ser el usuario en la experiencia. ¿Busca el usuario una experiencia relajante y tranquila o una experiencia intensa en busca de emociones fuertes?
- Macrotemas: Son las superposiciones narrativas que dan a la experiencia un tema específico. El abanico de temas sólo está limitado por la imaginación humana o de la IA. Puede tratarse de un tema existente en la biblioteca o de un tema personalizado. Imagina a tus hijos personalizando un tema en torno al aniversario de sus padres.
- Fuentes de contenido: El contenido puede proceder de diversas fuentes, pero destacan tres categorías. Los socios de marca son relaciones a largo plazo con organizaciones conocidas y consolidadas. Empresas como Disney, Netflix o Epic Games pueden convertirse en proveedores de contenidos, que crean sus propias atracciones. Los contenidos por encargo pueden proceder de artistas independientes con intenciones específicas en relación con temas narrativos únicos. Por último, los usuarios pueden crear contenidos durante una experiencia in situ que se comparten con otros usuarios en tiempo real o se graban.
- Lentes: Se trata de una dinámica entre la inmersión y la absorción. La inmersión se refiere a la plena participación en actividades físicas o mentales, como la construcción de mundos, que implican la creación o producción de nuevos contenidos. La inmersión puede crear una relación intensa y un sentimiento de pertenencia a una comunidad de usuarios. La absorción se relaciona con el aprendizaje a distancia, en el que el usuario construye una comprensión de un tema sin comprometerse activamente con otros miembros de la comunidad.
- Tipos de narrativa: Cada usuario querrá diferentes niveles de elaboración y guion en sus experiencias. Esto puede ir desde la deriva, pasando por una simple programación lineal, hasta una experiencia ramificada, en la que en varios puntos se presentan al usuario como opciones para hacer cosas diferentes. Un tipo de narrativa totalmente interactiva permitirá al usuario navegar libremente de forma aparentemente orgánica, mientras el conserje de IA tienta continuamente al usuario con experiencias únicas.
- Opciones de experiencia: en última instancia, el Conserje de AI crea un conjunto de experiencias específicas adaptadas a cada usuario o grupo de usuarios.
Icon aún no existe, pero amplía drásticamente el prototipo de parque temático tradicional. Los parques temáticos de todo el mundo se basan en experiencias de entretenimiento relativamente no participativas. Aunque pueden ser extraordinariamente atractivos, carecen de la oportunidad de una experiencia personalizada única, y no pueden ajustarse en tiempo real a las necesidades de sus usuarios. El metaverso será altamente interactivo y participativo, invitará a sumergirse de lleno en un entorno físico/virtual.
Siempre vigilando... siempre a tu lado .... Icon...¿Es un espionaje intrusivo o un espejo inteligente con un incentivo económico? El equilibrio exacto de estas dos fuerzas debería depender del usuario.
Estamos entrando en un nuevo reino del diseño y la personalización de experiencias. En muchos sentidos, estos nuevos niveles de personalización ofrecen una oportunidad sin precedentes para cambiar la naturaleza del aprendizaje, el entretenimiento y el ocio. Tendremos que establecer límites y condiciones para la privacidad, la seguridad y el control, así como proporcionar una plataforma abierta para la innovación y las experiencias inmersivas e imaginativas basadas en el usuario. Podemos imaginar el futuro con la ayuda de un responsable conserje de IA.
"Navigating the Metaverse with your AI Concierge" está escrito por el arquitecto John Marx, AIA, director fundador y director artístico de Form4 Architecture, una galardonada empresa con sede en San Francisco que diseña edificios, campus e interiores destacados para empresas tecnológicas de la zona de la bahía como Google y Facebook, laboratorios para clientes de ciencias de la vida y lugares de trabajo para muchas otras empresas. Entre 2000 y 2007, Marx impartió un curso sobre el tema de la creación de espacios en el ciberespacio en la Universidad de California, Berkley, y en 2020 diseñó su primer proyecto en el metaverso para Burning Man: El Museo de los No Espectadores. Al año siguiente, John Marx dirigió un equipo de diseño encargado de crear un portal de 500 millones de dólares al Metaverso.
